Una parte importante de nuestros servicios de planificación familiar en el MFHS es el diagnóstico, el tratamiento y la educación sobre las enfermedades de transmisión sexual. Parte de vivir una vida sana y feliz es tomarse el tiempo necesario para entender su salud sexual y cómo identificar, tratar y prevenir las ETS. Cuanto más sepa sobre ellos, mejor preparado estará para tomar decisiones seguras. Para promover este objetivo, vamos a escribir una serie de artículos sobre las ETS para ayudar a educar a la gente en toda nuestra área de servicio.

Nuestro primer artículo se centra en la clamidia, una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes.

¿Qué es la clamidia?

La clamidia es una infección bacteriana muy contagiosa, causada por Clamidia trachomatis. Cada año se producen aproximadamente 4 millones de nuevas infecciones, principalmente entre adultos jóvenes y adolescentes. Las personas sexualmente activas deben hacerse la prueba al menos una vez al año. Muchas personas no son conscientes de sus infecciones y pueden no acudir a las pruebas de inmediato.

¿Cuáles son los síntomas de la clamidia?

Para muchos hombres y mujeres, la clamidia no suele presentar ningún síntoma. Por este motivo, se la conoce como una enfermedad "silenciosa". Si los síntomas aparecen, suelen producirse entre una y tres semanas después de la infección. Las mujeres pueden presentar síntomas como flujo inusual y sangrado inexplicable o dolor al orinar. Si la infección se extiende, pueden presentar dolor abdominal bajo o de espalda, náuseas y sangrado.

En el caso de los hombres, el flujo, el dolor al orinar o el dolor testicular son síntomas comunes.

¿Por qué es perjudicial la clamidia?

Si no se trata, la clamidia puede propagarse a través de los órganos reproductores y causar cervicitis, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), embarazo ectópico e infertilidad. Las mujeres con clamidia pueden no quedarse embarazadas debido al daño permanente de la infección. Si lo hacen, el embarazo puede producirse en las trompas de Falopio, un hecho potencialmente mortal.

También existe el riesgo de que las mujeres embarazadas infectadas puedan transmitir la clamidia a su bebé durante el parto. El recién nacido puede acabar con infecciones en los ojos y en las vías repertoriales como resultado.

¿Cómo se trata la clamidia?

Tras realizar un texto de orina o un hisopo para confirmar la infección, se utilizan antibióticos. Sin embargo, las complicaciones a largo plazo (como la infertilidad) pueden no ser reversibles. Si sospechas que puedes tener una ETS y necesitas hacerte pruebas, es importante que lo hagas enseguida. Localiza la clínica de planificación familiar más cercana y concierta una cita.

Información extraída de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.